Plantador
Santo
Domingo, 7 de agosto de 1793
A la
atención de:
José Versace.
Querido
amigo, tanto tiempo de aquel melancólico despido en la gran Francia antes de
partir hacia Santo Domingo. Me dirijo a vos para comentarte la situación en la
cual estoy viviendo que es totalmente diferente que la que vos vivís allí.
Apenas
llegamos esto era un tesoro que todavía no había sido descubierto, empezamos a
transformar el terreno en un centro de producción azucarero en grandes
plantaciones, explotando a los esclavos como mano de obra.
Después
desarrollamos aquel vinculo de importación y exportación con Francia, en el
cual me llego el sillón tapizado en terciopelo que me obsequiaste.
Esta paz se
termino en 1789 cuando en Francia según la correspondencia que me llego, empezó
el proceso revolucionario, el cual nos hizo formar un gobierno autónomo ya que
su rey, nuestro rey estaba perdiendo fidelidad.
En agosto de
1791 sufrimos lo peor, los esclavos encabezaron un levantamiento, en el cual
incendiaron mis plantaciones y atacaron a mí y mi familia, eran mas de 15.000
rebeldes fue horrible la situación, sentíamos una impotencia y temor, ya no era
seguro donde estábamos entonces me reuní con un grupo de plantadores que
estaban en mí misma situación y nos refugiamos en la capital. Esto empeoro
cuando asumieron al gobierno los jacobinos estos empezaron a defender a los
negros.
Llego un
momento en el cual decidimos hacer una rebelión, preferíamos ser independientes
antes de perder nuestra mano de obra barata, pero fuimos derrotados y este
nuevo poder decreto el fin de la esclavitud.
Después de
todo lo vivido, todo lo sufrido, ver como se destruía todo lo que había
construido con mi esfuerzo, decidí irme, huir, ya no tenía más futuro allí. Me
trasladé a la ciudad de Trinidad en Cuba, en la cual empecé de nuevo, a hacer
lo que mas me gusta, ser comerciante, como soñábamos cuando éramos niños.
ATENTAMENTE: Manuel Rojobinich
Excelente
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